Publicamos el artículo de opinión de Rubén Mesa sobre la segunda derrota consecutiva del Club Deportivo Tenerife en la presente temporada.
En la noche del pasado viernes se disputaba, en el estadio de la Cesarre, el partido de la novena jornada del grupo uno de la primera Federación entre el Barakaldo y el Club Deportivo Tenerife. Dos equipos que venían en dinámicas totalmente distintas: un Baracaldo que venía de menos a más, sumando en todas las jornadas después de perder en la primera, frente a un Tenerife que quería alcanzar una balsámica victoria después de dos jornadas sin hacerlo.
La primera parte fue muy bonita, muy emocionante, muy dinámica, muy entretenida, con un juego muy directo y rápido por parte de ambas escuadras y yendo de portería portería muy rápido, sin tener mucho control el medio del campo de ambos equipos. Ambos conjuntos se mostraron duros, intensos, contundentes, robando en el medio del campo para salir rápido a la contra, intentar ser directos y hacer daño al rival con jugadas muy rápidas por banda o buscando pases definitivos al hueco para dejar solo a los delantero frente a ambos porteros.

Los blanquiazules estuvieron bastante bien, mostrádose sólidos en defensa, aunque el equipo vasco estuvo bien cortando las jugadas, intentando generar buen juego directo y rápido. Intentó generar ocasiones de gol, pero le faltó mayor precisión, mayor eficacia y mayor acierto en los metros finales del campo, porque cada vez se va demostrando, con el paso de los partidos, que no cuadra bien jugar con dos delanteros. En mi opinión, es mejor fortalecer el campo con un 4-2-3-1 e intentar hacer más daño con un buen medio punta que genere más fútbol y que pueda conectar de mejor forma con el delantero para que destaque más, tenga más oportunidades y pueda ser eficaz ante los contrarios.
La segunda parte fue muy mala, horrible de juego, de sensaciones, de dinámica, de errores defensivos. Fallos que condenan a un Tenerife que salió muy frío al campo, ya que en ocho minutos concedió dos goles por ser muy poco contundente en nuestra área. Tenían que haber salido más duros, no tan flojos ni tan poco contundentes, dejando poco a poco que el rival se metiera en nuestra área y nos fueran obligando a recular poco a poco hacia nuestra área, siendo cada vez más frágiles, menos sólidos y muy poco rigurosos en cuanto al juego defensivos.
Desde el inicio de la segunda parte el equipo de Cervera no tuvo reacción, no sabe levantar los partidos cuando los tienen en contra y eso se ha demostrado en dos partidos de manera consecutiva. No podemos permitir que el equipo se venga tan fácil abajo y tiene que tener alguna reacción cuando el partido está en contra. Hay que ser más duros, jugar de manera más directa, llegar al área de forma más fácil y más simple, aunque seamos algo más previsibles.
Es una auténtica pena que el buen inicio de liga de los blanquiazules se haya venido abajo con este último tramo, a partir de la quinta jornada, muy malo en cuanto a sensaciones, que era tapado por los buenos resultados, pero en estos últimos tres partidos de liga solo hemos sacado un punto de los nueve que hemos disputado. No hemos sido nada eficaces ni hemos creado mucho en ataque, ya que no hemos marcado ningún gol y hemos recibido cuatro en contra, mucho más que en todos los cinco primeros partidos de liga.
Además de la mala imagen que dio el equipo durante toda la segunda parte, no tuvo ninguna reacción desde el banquillo con los cambios de Álvaro Cervera, que en la primera ventana intentó asegurar y que el equipo fuera más directo, cambiando toda la banda derecha. Se vio algún atisbo de reacción con una jugada de Balde, que debutaba en la liga, pero no supo rematar de buena forma al fondo de la red, aunque el línea estuvo muy rápido señalando el fuera de juego que más tarde confirmaría el sistema de vídeo arbitraje. Desde ese momento y hasta el final del partido los isleños no tuvieron ninguna jugada de gol con claridad. Continuaba a la expensa de intentar llegar rápido al área, pero sin ningún criterio, sin ninguna buena manera y con un juego muy espeso.
Y el equipo vasco pudo aprovechar para hacer aún más daño en el marcador si hubiera tenido más claridad de cara a gol, porque tuvo algunas ocasiones para sentenciar el partido.
En el último tramo del partido el técnico blanquiazul se volvió loco, porque el equipo iba sin miedo a la aventura, dejando en el campo a ningún jugador de corte defensivo y mostraba un medio centro muy extraño y muy raro con Nacho Gil junto a Michael Mesa, dejando en el banquillo a Juanjo Sánchez y Fabricio, que le hubieran dado más control, más manejo y hubieran creado algo más de fútbol, pero el entrenador no lo vio necesario y se equivocó gravemente.
El equipo terminó el partido jugando con un 4-2-4, ya que puso toda la artillería en el campo para ver si podía hacer algo, pero casi ni llegó al área rival del equipo vasco en el último tramo de partido.
Lo único bueno, que el Ferrol perdió ante el Cela Fortuna y ambos equipos siguen al Tenerife en la clasificación con dos puntos menos, pero la próxima jornada el Tenerife visitará en el campo del Ferrol en una nueva jornada domicilio para los hombres de Cervera, que tienen que mejorar mucho, mantener la intensidad y el ritmo que proponen los rivales durante los 90 minutos, si no quieren recibir la tercera derrota consecutiva de esta liga.
